Las increíbles aventuras de Bob y Ramírez
Primal Planet es el nuevo juego de Seethingswarm estrenado en julio de este 2025. Un metroidvania en pixelart con elementos cooperativos y la historia de un hombre en busca de su familia (¿Liam só vos?): Ovnis y Dinosaurios, el sueño húmedo de Steven Spielberg.
*Ey…. che… antes de arrancar con la lectura yo te recomiendo que lo acompañes con esta canción. Nada, una sugerencia. Gracias por tu atención..
Ponele que un día te levantás y sos, no sé…Bob: un hombre de las cavernas que tiene de compinche a un pequeño dinosaurio llamado, ponele, Ramírez. Y resulta que estás en un mundo prehistórico con un muy buen logrado pixelart (lo vuelvo a decir, hoy no hay pixelarts malos) pero resulta que no está tu familia. Entonces te aventuras por el escenario saltando plataformas, nadando bajo el agua y matando insectos junto a tu compinche hasta dar con tu hija y tu mujer. Y no va que entonces cuando deciden volver a su aldea, luego de casi ser devorados por un T-Rex, la cosa se pudre y tienen que huir fortuitamente hasta que descubren que no hay solamente Dinosaurios en este mundo, sino también ovnis.

Ahí es cuando la cosa se pone jodida, porque una cosa es un dinosaurio y otra una nave espacial con láser, acordate que vos sos un cavernícola cuya mayor arma más fuerte es una lanza de madera y los dientitos de Ramírez. Por suerte tu hija y tu mujer también tienen habilidades que te ayudan para pelear, pero no alcanza amigo. Nuevamente te quedas solo y tendrás que, ahora sí, atravesar el extenso mapa de este mundo, resolver puzzles, mejorar habilidades, alimentarte y construir tu refugio. Todo para reunirte con tu familia una vez más y patear la mayor cantidad de culos de ovnis y dinosaurios: ¡Humanos PRIMERO!
Ah, tranca que Ramirez no se va a ningún lado, ese te acompaña toda la aventura.
Toda esta historia se desarrolla sin ninguna línea de diálogo, lo cuál siempre celebro, y hay que decirlo, tiene un par de giros que logran engancharte con la trama y hace que te intereses con lo que le pasa al pobre Bob. Lamentablemente las motivaciones se agotan rápidamente y el resto del juego es una serie interminable de grindeo y machacar botones, pero ya volveremos con eso.

El juego tiene sus méritos. Como dije el pixelart está en un muy buen nivel, con muchos detalles en movimiento, pájaros que vuelan, un río que corre, tanto la fauna como la flora se sienten vivas. Los diseños de los dinosaurios más grandes son realmente imponentes y si bien los ovnis en comparación resultan más simplones, las naves en cambio se llevan toda la atención. El trabajo sonoro cumple con creces el darle veracidad a los escenarios y una música vibrante para un juego que propone velocidad en el desplazamiento completan tres grandes aciertos.
Al ser un metroidvania ya podemos imaginar que esto se va a tratar de recorrer diferentes escenarios en un extenso mapa, que en este caso se dividen en cuadrículas enormes con colores que identifican distintos tipos de biomas, teniendo que destrabar diferentes habilidades para poder acceder a nuevas regiones del mapa que anteriormente nos resultaban inaccesibles para poco a poco desbloquearlo completamente y que nos lleve a la pelea final.
Todos esos elementos existen con algunas particularidades. Por ejemplo el juego cuenta todo el tiempo con un NPC que te acompaña en la aventura y tiene sus propias estadísticas, por lo que al subir de nivel podremos elegir entre subir nuestros stats o los de nuestro compañero (vale aclarar que el juego es cooperativo local por lo que el otro personaje es completamente jugable). Más allá de Ramírez, durante el juego iremos destrabando nuevos acompañantes ocasionales a los que podremos contratar luego de ser rescatados para que nos ayuden durante un periodo de la aventura (básicamente hasta que se mueran porque tienen vida).

Cuenta con elementos de crafteo lo que nos obliga a recolectar todo lo que podemos del mapa y algunos toques de supervivencia como comer o ciclos de día y noche. Todo junto sobre la mesa resulta interesante y promete un juego completo, con diseños simples pero llenos de mecánicas. El problema es que con tantos elementos se dan algunos traspiés, ninguno tan grave como para cortar con la experiencia de juego, pero ahí están.
Los acompañantes por momentos resultan más molestos que útiles. Podemos tener hasta cuatro personajes con nosotros simultáneamente y distinguir lo que sucede en una pelea contra varios dinosaurios puede ser confuso. Con una acompañante cuya arma es una lanza me sucedió en más de una ocasión que al ser su lanza un elemento de colisión me quedé atascado en el escenario y dificultan algunas peleas.
El pixelart se desluce en el mapa. Con este sistema de tener una visión general del mundo pudiendo desbloquear el mapa de cada región, los detalles son en extremo simples y no es tan claro distinguir los elementos. Tampoco tiene la opción de marcar en el mapa, la cual puede ser una decisión de diseño, ya que el juego se apoya más en la exploración que en el combate, probablemente el memorizar las regiones sea parte de su encanto, cada uno decidirá qué prefiere, a mí me habría gustado.

Hablando de las peleas, antes hablé de “machacar botones” y es que si bien tenemos un pequeño arsenal de armas que pueden ofrecer versatilidades, por ejemplo la lanza puede prenderse fuego y servir de antorcha o al arrojarla contra una pared podemos usarla de plataforma, tenemos esquive, subimos atributos como fuerza y agilidad, la verdad es que en la gran mayoría de los combates, incluyendo bosses, se resuelven spameando botones. Las colisiones contra los dinosaurios grandes es difícil de determinar por lo que no existe eso de “aprender los movimientos del enemigo” y poner un parri a tiempo o usar un esquive. La mayoría de los dinosaurios grandes los vencí encontrando pequeños bugs.
Varios niveles se desarrollan bajo el agua, ahí es donde el combate se resiente más que nunca, y empiezo a dudar de algunas decisiones de diseño. Si el fondo del agua se hubiera centrado más en plataformear, esquivar obstáculos mientras se gestionan los niveles de oxígeno tendría más sentido, pero las profundidades tienen secciones llenas de monstruos y agua, nada más.
Lo dije al principio, la primera mitad se disfruta más que la segunda, nos las pasaremos grindeando para poder subir los atributos lo suficiente para atravesar las últimas regiones. Nos perderemos en el mapa, que no cuenta con enlaces rápidos, a excepción de unos portales que no están en todas las regiones y hay que conseguir items para hacerlos funcionar. Lamentablemente no indican a qué otra región te llevan. Nuevamente, vas a tener que apelar a tu memoria o papel y lápiz.

Ninguna de todas estas cuestiones que considero efectivamente negativas son lo suficientemente molestas como para arruinar la experiencia de juego. El final es más que satisfactorio, con paisajes hermosos, una historia que cierra y una duración más que correcta para este tipo de juegos, me tomó unas doce horas con posibilidad de rejugar para completar el mapa y sus secretos. Si nunca jugaste un metroidvania o no te interesa tanto el combate y sí la exploración (además de que es cooperativo) es un juego disfrutable y para aprovechar en alguna oferta que pueda aparecer.
Con suerte podremos tener un Primal Planet 2 y tendremos nuevas aventuras de Bob y Ramírez, quizás la próxima viajen al lejano oeste, quién te dice… Por lo pronto me siento orgulloso de terminar este análisis sin hacer ningún chiste malo con Cadillacs y Dinosaurios…