Escribe un título
Analizamos Boring. el último juego del estudio malagueño Pixelatto salido este 2025. Dirigido por Javier Cepa con su distintivo sello de humor y absurdo.
*Ey vos! sí, vos!… nada sólo quería romper las bolas, nada. No, bueno, sí te quería decir una cosa…. Eso, quería decir «una cosa». Y que la siguiente nota va muy bien con esta música, vos confiá, de alguna manera tiene que ver con algo, sino gugleá «Muzak Music» te juro que no te va a saltar porno, bah bueno, no sé, ni idea tu algoritmo, calculo que no.
Tengo derecho a estar aburrido. Vengo pensando en la dependencia a recibir constantes estímulos, jugar un videojuego mientras escucho un podcast, cocinar mientras miro YouTube, leer redes sociales en el subte mientras escucho “el nuevo disco de…”. Basta, de ahora en más sólo programas de radio viejo, nada de redes antes de dormir y caminar por la calle sin auriculares o mirar por la ventana. Desintoxicarse de información y ruido, estar al pedo, embolarse.

Como explica el propio juego, Boring es un juego aburrido sobre cosas aburridas donde te vas a aburrir y al cual deberías abandonar para hacer algo más productivo… y sin embargo estás ahí, aburriéndote. Desarrollado por Pixelatto, un pequeño estudio español que en 2019 nos trajo Reventure, una mezcla entre un “elije tu propia aventura” con puzles, plataforma y humor (muchísimo humor), cuyo objetivo era completar sus 100 finales.
Sin embargo en esta ocasión nos trae una propuesta más austera en su estética y gameplay, del pixelart sencillo pero colorido de Reventure pasamos a una pantalla gris con un punto amarillo y las pocas imágenes que aparecen más adelante no provienen de ninguna creatividad, sino que son generadas por IA de la forma más expeditiva posible porque, como dice el propio desarrollador, le daba paja. Acá no hay totebags, acá no hay nada.
El juego revela sus cartas de entrada, el primer nivel se titula “Ansiedad” y no es más que una pantalla de carga donde debemos esperar a que termine de cargarse para avanzar al siguiente nivel, sin embargo esta estúpida premisa esconde más elementos que veremos una y otra vez en el juego, toda una declaración de principios.

En primer lugar, sí, es un juego aburrido sobre lo aburrido que es, pero también es provocativo. Se supone que jugamos para divertirnos, para distraernos, para ingresar en el mundo que nos proponga el juego, ¿pero qué pasa cuando nos despojamos de estos elementos?. Uno podría pensar que entonces estamos en una experiencia meramente contemplativa, y digo «experiencia» no de manera inocente. Cuántas veces nos encontramos con aquellos videojuegos que no son juegos sino «otra cosa»: un relato, una sensación, habitar un mundo… ¿y el juego? ¿Dónde está el juego en este video? para eso miraba la película, o leía el libro, ¿Dónde está la trampa?. Muchas preguntas, volvamos.
Boring trata una y otra vez de burlarse de nosotros, de todo lo que pensamos que es un videojuego y nos lo recuerda en cada nivel. Todos tienen un nombre y el primero (como ya dijimos) es “Ansiedad” y efectivamente juega con nuestra ansiedad, te desafía a ver cuánto estás dispuesto a aguantar estando aburrido, a manejar tu propia ansiedad frente a una industria que busca todo lo contrario, los juegos no te pueden frustrar, tienen que recompensarte constantemente con dopamina (esto lo retomaremos más adelante, en un cachito, no se desesperen) pero Boring no, Boring te está troleando y sólo tenemos dos alternativas ante esto, sacarlo, desinstalarlo y quemar todo rastro de este adefesio estético o reírnos con él, porque, al igual que las demás obras de Pixelatto, este juego está lleno de humor. Un humor raro y retorcido que se esconde en el aburrimiento, una contradicción constante pero satisfactoria (si entrás en el mood del juego) de una manera retorcida.

Tenemos niveles donde el único objetivo es cruzar un laberinto extremadamente corto y sencillo usando el punto amarillo. Una música épica y estimulante nos golpea en la cara pero el punto (que vendría a ser nuestro «personaje») se mueve extremadamente lento. Otra vez, el juego se ríe en nuestra cara: acá venís a aburrirte papi, lo lamento, ¿te copa la música? genial, el nivel es frustrante y un embole.
¿Cuánto habla de nosotros como jugadores? que nos acostumbramos a que los juegos cumplan con determinadas reglas donde el juego responde a nuestra necesidad y que si hay un obstáculo debe ser en favor del entretenimiento y una recompensa acorde al desafío. Boring responde riéndose de nosotros como jugadores que buscamos dopamina y de los juegos que buscan entregarla desesperadamente. Un nivel se llama “Dopamina” y sólo se trata de darnos recompensas absurdas sin sentido con una música triunfal a todo volumen e imágenes de trofeos que llenan la pantalla, ¿querías recompensas? vas a tener hasta el empacho (les dije que iba a volver a hablar de la dopamina, ahí la tienen ansiositos).

A lo largo de una X cantidad de niveles, porque revelar cuántos niveles son sería imperdonable, tendremos que manejar a nuestro punto amarillo. Así como en aquella “prueba del cazador” de HxH donde los aspirantes debían correr tras el evaluador durante una desconocida cantidad de kilómetros para probar su resistencia física y mental, acá tendremos que aventurarnos en esta propuesta donde más de una vez nos darán ganas de pegarnos un corchazo (¿se puede decir esto acá?). La expresión no es caprichosa, el juego nos da la posibilidad de que ante la frustración “desvivamos” (como dicen los jóvenes censurados en youtube) a nuestro puntito amarillo y les aseguro que más de una vez incurrí en dicha práctica, incluso sabiendo que es una mecánica que no resolvería el nivel. Y ante el espanto que pueda causar lo que voy a decir, me terminé riendo. Quién dice «humor negro».
El juego sorprende, usando más de un recurso, desde desafiarnos a tomar decisiones que posiblemente no sirvan para nada, tratando de confundirnos sobre cuál es la solución en cada nivel, o retándonos a jugar las versiones más absurdas que puedas imaginar de juegos clásicos como por ejemplo hacer un memo test donde todas las piezas son grises o pasar por laberintos imposibles, tener que sacar nuestro celular y rompernos las pelotas escaneando un QR o ver videos inútiles que te van a dar ganas de que exista la tecla «desver«, una y otra vez todo depende de cuán dispuesto a aburrirnos y frustrarnos estemos.

¿Y dónde está la diversión?, bueno amiguite, qué querés que te diga, yo sólo vengo a contarte que esto está disponible de manera gratuita en Steam y que la gente se vuelve adicta a un juego que es solamente hacer click a una galletita. Lo que es divertido o aburrido se desdibuja de manera evidente en Boring, está ahí para enfrentarnos con lo más íntimo de nosotros mismos, aquello que nos da sentido. ¿Jugamos para divertirnos? ¿por la música estridente y las recompensas? ¿por el hentai? ¿para vivir una “experiencia”? ¿ acaso todos los juegos nos tienen que entretener? ¿no tenemos derecho a estar aburridos?
Quizás Boring, y es lo más probable, sólo se esté riendo de nosotros.
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