Llenos de tiros, llenos de magia.

Llenos de tiros, llenos de magia.


Holy Shoot, desarrollado por Tale Era Interactive, es un FPS (First Person Shooter) con mecánicas de roguelike donde deberemos recuperar  Siete Reliquias que fueron robadas y para ellos hay que atravesar el infierno a los tiro lío, cocha golda.

La excusa para sacar los chumbos es simple, unos demonios ultra papoteados se chorearon unas reliquias importantes y sos parte de un escuadrón del infierno que tiene la misión de recuperarlas. Al principio sólo podés utilizar un personaje pero a medida que avances en el juego podrás destrabar nuevos héroes con diferentes habilidades para seguir explorando las diferentes mecánicas de combate. Para ello atravesaremos distintos escenarios infestados de monstruos y deberemos “limpiarlo” para poder acceder a la siguiente sala y así hasta llegar con el jefe final y recuperar una reliquia.

Al ser un roguelike las habitaciones varían levemente en cada partida, pero con un par de jugadas te podes aprender cada escenario e ir planificando diferentes estrategias. Al principio saldremos con una pistolita pero al finalizar cada sesión de combate accederemos a una pequeña sala donde podremos recuperar un poco de vida, conseguir armas de manera aleatoria y mejorar habilidades, lo que hará que cada partida sea diferente dependiendo de qué items, mejoras y armas nos vayan tocando. Adicionalmente al iniciar cada combate nos aparecerá una misión adicional que si la cumplimos a tiempo nos recompensará con una pequeña hada que nos será de ayuda el resto de la partida teniendo sus propios stats que podremos mejorar. Eso sí, la compañera no es infinita y habr´pa que renovarla en cada sala nuevamente.

Luego de atravesar nueve escenarios diferentes llegaremos al enfrentamiento final contra uno de los jefes. Igual tranqui que a la primera no le vas a ganar ni aunque lo hayas ayudado a mudarse en el 2015 y eso que subiste un sillón por escalera hasta el piso 12. Cuando te morís regresas al salón principal, la base de operaciones de este grupo. Allí podremos elegir al héroe para iniciar la run así como destrabar un árbol de habilidades que afectarán a nuestro personaje de manera permanente permitiendo que cada nueva sesión de tiritos la hagamos más rápida y nos permita avanzar a las zonas finales más fácilmente.

Y hasta ahí lo formal del juego, ahora vamos a mirar un poquito más de cerca pero ojo que llueven balas. Visualmente el juego es impactante por su estilo cel shading en un escenario infernal que combina trajes y armas estilos steampunk con un infierno lleno de goblins que tiran fuego, estatuas de gárgolas que lanzan meteoritos, calaveras haciendo pole dance y magos fantasmales que lanzan hechizos. Un collage que se compra rápidamente, ya sea porque el género ya nos acostumbró, o porque el frenesí de las partidas acompañadas de una música metalera no nos da mucho tiempo a preguntarnos por nimiedades: el piso es de lava y un ojo murciélago me voló con su rayo laser.

El juego funciona bien. Una vez atravesada la barrera de las primeras partidas donde queda acostumbrarse a los escenarios, los enemigos, los poderes y morirse en un mar de disparos, fuegos, rocas y lava, el juego arranca. Las referencias son claras y sucede tanto en el planteo de los escenarios y las mecánicas como en la sensación de juego. El salto un poco flotado, disparos rápidos y buena respuesta a los movimientos, no hay objeción. En cuanto al balanceo de las armas no tengo la vista muy afilada. Me parece que ofrece una modesta variedad de armas (sólo manejaremos dos que iremos cambiando o mejorando) con la que no encontré ninguna sinergia en particular con sus diferentes tipos (pistola, metralleta, misil) y en general la partida la disfrutaba de verdad cuando salía el favorito de todos. No es joda, el arma se llama “el favorito de todos” y tiene con qué, por lo que el balanceo puede llegar a ser un tema a seguir trabajando.

Los enemigos son desafiantes al principio y si bien con las mejoras se vuelve más sencillo también vuelven a las peleas más dinámicas y estratégicas, y no solo disparar para todos lados. Podes disparar desde cualquier lado y el escenario plantea muchos puntos de disparo, por lo que podes elegir eliminar de lejos, o acercarte y retroceder por pasillos, o simplemente a lo loco en medio del escenario. Da gusto la sensación de juego y dan ganas de mejorar cada puntito para volver a intentar. 

Pero en la cancha se ven los pingos. El juego se encuentra en Early Access, por lo que con una comunidad lo suficientemente interesada y una desarrolladora dispuesta a ofrecer más variedad de armas, enemigos, escenarios y ajustar balanceos, Holy Shoot tiene todo por delante. Divertido es, vayan y prueben.

Más neurótico que productivo. No me interesa la vida de los NPC random. En 2024 Queso Magro se merecía salir campeón.